El cos també ens parla, i el moviment ens retrau cap endins o ens empeny cap a fora. És l'envoltori savi que camina per nosaltres: algunes vegades, dins la intimitat del paisatge que ens envolta; altres dies, cap al silenciós viatge de l'ànima.
(extracte del llibre) Anam Cara, JOHN O´DONOHUE
El cuerpo es el ángel del alma
A veces parece existir una misteriosa correspondencia entre
el alma y la presencia física del cuerpo. Esto no es verdad en todos los
casos, pero con frecuencia permite vislumbrar la naturaleza del mundo interior
de la persona. Existe una relación secreta entre nuestro ser físico y el ritmo
de nuestra alma. El cuerpo es el lugar donde se revela el alma. Un amigo de
Conamara me dijo una vez que el cuerpo es el ángel del alma. El cuerpo es el
ángel que expresa el alma y vela por ella; siempre debemos cuidarlo con amor.
Con frecuencia se convierte en el chivo emisario de los desengaños y venenos
de la mente. El cuerpo está rodeado por una inocencia primordial, una
luminosidad y bondad increíbles. Es el ángel de la vida.
El cuerpo puede alojar un inmenso espectro e intensidad de
presencia. El teatro lo ilustra de manera notable. El actor tiene suficiente
espacio interior para asumir un personaje, dejar que lo habite totalmente, de
manera que la voz, la mente y la acción de éste se expresan de manera sutil e
inmediata a través del cuerpo de aquél. El cuerpo encuentra su expresión más
exuberante en el maravilloso teatro de la danza, esa escultura en movimiento.
El cuerpo da forma al vacío de manera conmovedora, majestuosa. Un ejemplo emocionante
de ello es la danza sean nos de la tradición irlandesa, en la cual el bailarín
expresa con su cuerpo la agitación salvaje de la música.
Se cometen muchos pecados contra el cuerpo, incluso en una
religión basada en la Encarnación. En la religión se presenta al cuerpo como la
fuente del mal, la ambigüedad, la lujuria y la seducción. Es un concepto falso
e irreverente. El cuerpo es sagrado. Estas concepciones negativas se originan
en gran medida en las interpretaciones falsas de la filosofía griega. La
belleza del pensamiento griego reside precisamente en que destacaba lo divino.
Éste los acechaba y ellos trataban de reflejarlo, hallar en el lenguaje y el
concepto una expresión de su presencia. Eran muy conscientes del peso del
cuerpo y cómo parecía arrastrar a lo divino hacia la Tierra. Malinterpretaron
esta atracción terrena, viendo en ella un conflicto con el mundo de lo divino.
No concebían la Encarnación ni tenían la menor idea de la Resurrección.
Cuando la tradición cristiana incorporó la filosofía griega,
introdujo este dualismo en su mundo intelectual. Se concebía al alma como algo
bello, luminoso, bueno. El deseo de estar con Dios era propio de su naturaleza.
Si no fuera por el peso indeseable del cuerpo, el alma habitaría constantemente
lo eterno. Así, el cuerpo se volvió sospechoso en la tradición cristiana.
Jamás floreció en ella una teología del amor erótico. Uno de los pocos textos
donde aparece lo erótico es el bello Cantar de los Cantares, que celebra lo
sensual y sensorial con maravillosa pasión y ternura. Este texto es una
excepción, y sorprende su admisión en el canon de las Escrituras. En la
tradición cristiana posterior, y sobre todo en la Patrística, el cuerpo es
objeto de suspicacia y hay una obsesión negativa por la sexualidad. El sexo y
la sexualidad aparecen como peligros en el camino de la salvación eterna. La
tradición cristiana suele denigrar y maltratar la presencia sagrada del cuerpo.
Sin embargo, ha servido de maravillosa fuente de inspiración para los artistas.
Un bello ejemplo es El éxtasis de santa Teresa de Bernini, donde el cuerpo de
la santa es presa de un rapto en el cual lo sensorial es inseparable de lo
místico.
De dins cap a fora, obra de Heather Hansen
De fora cap a dins, La intimitat (Amb Filosofia)
I per mirar més endins, els filòsofs també parlen de silenci, d'espai i de l'ànima...
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