Anam Cara, l'aniré llegint des d'aquest Refugi, redescobrint natura
La luz es generosa
Si alguna
vez te has encontrado al aire libre poco antes del alba, habrás observado que
la hora más oscura de la noche es la que precede a la salida del sol. Las
tinieblas se vuelven más oscuras y anónimas. Si nunca hubieras estado en el
mundo ni sabido lo que era el día, jamás podrías imaginar cómo se disipa la
oscuridad, cómo llega el misterio y el color del nuevo día. La luz es
increíblemente generosa, pero a la vez dulce. Si observas cómo llega el alba,
verás cómo la luz seduce a las tinieblas. Los dedos de luz aparecen en el
horizonte; sutil, gradualmente, retiran el manto de oscuridad que cubre el
mundo. Tienes frente a ti el misterio del amanecer, del nuevo día. Emerson
dijo: «Los días son dioses, pero nadie lo sospecha.» Una de las tragedias de la
cultura moderna es que hemos perdido el contacto con estos umbrales primitivos
de la naturaleza. La urbanización de la vida moderna nos apartó de esta
afinidad fecunda con nuestra madre Tierra. Forjados desde la tierra, somos
almas con forma de arcilla. Debemos latir al unísono con nuestra voz interior
de arcilla, nuestro anhelo. Pero esta voz se ha vuelto inaudible en el mundo
moderno. Al carecer de conciencia de lo que hemos perdido, el dolor de nuestro
exilio espiritual es más intenso por ser en gran medida incomprensible.
Durante la
noche, el mundo descansa. Árboles, montañas, campos y rostros son liberados de
la prisión de la forma y la visibilidad. Al amparo de las tinieblas, cada cosa
se refugia en su propia naturaleza. La oscuridad es la matriz antigua. La noche
es el tiempo de la matriz. Nuestras almas salen a Jugar. La oscuridad todo lo
absuelve; cesa la lucha por la identidad y la impresión. Descansamos durante la
noche. El alba es un momento renovador, prometedor, lleno de posibilidades. A
la luz nueva del amanecer reaparecen bruscamente los elementos de la
naturaleza: piedras, campos, ríos y animales. Así como la oscuridad trae
descanso y liberación, el día significa despertar y renovación. Seres mediocres
y distraídos, olvidamos que tenemos el privilegio de vivir en un universo maravilloso.
Cada día, el alba revela el misterio de este universo. No existe sorpresa mayor
que el alba, que nos despierta a la presencia vasta de la naturaleza. El color
maravillosamente sutil del universo se alza para envolverlo todo. Así lo
expresa William Blake:
«Los colores son las heridas de la
luz». Los colores destacan la perspectiva de nuestra presencia secreta en el
corazón de la naturaleza.
Quan surt el Sol
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